viernes, 29 de agosto de 2008

"Es como si faltara el aireee, no puedo respirar..."


¿Alguien se acuerda de Veni Vidi Vici? En uno de mis habituales viajes en el tiempo y el espacio, regresé a la etapa esa en la que lucía un look de Robert Smith de petatiux (no por ganas, sino porque el "afro-punk" era consecuencia de un nulo acomodo de mi entonces abundante cabellera que hoy tanto extraño).

¿El año? 1987, ese que recibí dando el salto a la pubertad vistiendo de pronto camisas de seda fiorucci, pantalones Marlboro Leisure Wear deslavados, bombachos, amarrados con bastilla a huevo y top siders blancos.

Se preguntarán ¿a que se debe tal debraye? A que por fin encontré -gracias a las virtudes del maravilloso internet que diosito nos regaló a los integrantes de esta generación de ruptura- los dos discos que el dueto español Veni Vidi Vici grabó en su corta carrera, que tanto busqué durante 22 años y que mientras escribo estas líneas suenan con todo en una oficina que más bien parece un pueblo fantasma después de que dan las seis de la tarde en viernes (me cae que sólo yo disfruto estas cosas).

Sólo quise compartir con este espacio en blanco (que una vez nutrido por las letras podría ser leído por los asiduos a este amasijo de ideas) lo que estoy sintiendo al oir estas rolitas que hoy serían catalogadas por millones de las nuevas generaciones como la ñoñéz más extrema. La letra de MI ROLA "Qué mal, qué mal" me hizo sentir de 13 otra vez, me llevó al lado de Araceli y Netty a una estación de metro, me hizo recordar que reprobé física y quimica por estarle viendo las piernas a mi teacher Hilda Peña Elizondo, y me sorprendió sentado en mi oficina vistiendo pantalón príncipe de gales, chazarilla y sueter verde roto luchando otra vez contra los estragos de las hormonas y enamorándome por primera vez...

Pero bendita máquina del tiempo la mía, la rola también me llevó a un futuro inminente por una razón. Intentaré explicarlo: cuando mi amiga Iliana habla del mar, lo hace con tanta pasión (como todo lo que hace) que parece que nació de él. Los VVV hablan en la canción de una persona que regresa por fuerza de la costa a la ciudad y que ve negro lo que antes era normal, que no resiste la ciudad, le falta el aire y le cuesta respirar porque se ha acostumbrado a estar cerca del mar... (asociación que puede ser realidad cuando tengamos el gusto de volver a ver a Ili, pero que se antoja premonitoria para que cumpla su sueño de vivir al lado del océano).

Ahora que termino esta entrada de la Noción Errante me parece respirar el aroma y el calor de ese mar de Valencia con Ili, Mau, May y Míkel en una película que no he visto, pero que sé existe...

¡Te extrañamos Ili!
Que viajesoteeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee...

jueves, 14 de agosto de 2008

Ya te espero loco bajito...




Parece increíble que hayan pasado tantos años de mi vida y de verdad no me haya imaginado al cien por ciento como padre. Quizá por eso es que sigo sin poder pasar el trance que va de una hermosa noticia acompañada por un par de zapatitos y una cartita "escrita" por mi bebito que afirmaba "patato ya te quiero conocer" al cada vez más próximo "mira a nuestro hijo"...

Hace ya seis años le dije a May con la voz prestada de Pedrito Guerra "Aquí hace menos frío" , y le pedía a gritos callados: "pasa... entra"; o con el talento de Aureo: "llama por favor sin buscar una razón"... Y "casi sin querer" logré que empezara una historia con el "principio de una verde mañana" que nos encontró abrazados y asustados, pero renovados, con dudas pero abiertos a aceptar un "cambio de planes"...

Sólo necesitaba "un abrazo fuerte" y dejar de "llorar por dentro". May estuvo allí, paciente, tranquila, solidaria, compasiva, con su risa clara que me hizo "no tenerle miedo a casi nada..." y afrontar ya sin lágrimas "la luz de la mañana".

Hoy, a la distancia, Dios y esa persona que se asomó a mi corazón sin miedo me han regalado la oportunidad de sentirme ansioso, expectante y feliz, pero aún desconectado de una realidad apabullante y absoluta: ¡voy a ser papá, y a mis 33 años no sé que hacer, ni qué decir, ni qué pensar! Confío que ya pasará y esta incertidumbre estará en el pasado cuando lo tenga en mis brazos y esté mirando fijamente a su madre, la nueva May, pero la misma, reinventada, mejorada, llena de luz...

Ha habido pocas veces en que la música no me ha alcanzado para acompañar lo que siento, y hoy son tantas las preguntas sin respuesta que intento satisfacer en canciones, pero todas se quedan cortas al intentar explicar a este manojo de dudas cómo será su mirada en la mía... pero también si de veras como decía Serrat no podremos evitar que sufra, que las agujas avancen en el reloj, que crezca, que decida por él y que llegue el día en que nos dirá adios para iniciar su propia historia.

De todas formas ¡ya te espero loco bajito, no te tardes locotrónico!



Mensajes adicionales:

Mi May, madre de mi hijo, sol de mi vida. Mujer noble, íntegra y que sabe amar, te debía esto...

Míkel: canta tu canción del despertar, ojos de cielo, voz de mar. Bienvenido papá, aquí te esperamos mamá y yo!

Maestro Lerner, présteme esta: "Dame de ti tu luna mejor, que yo encenderé la luz del sol..."