lunes, 2 de julio de 2012

La necedad pragmática


"La gloria de los hombres debe medirse siempre por los medios que se emplearon para adquirirla". François De La Rochefoucauld



Institucionalizada, democrática, optimista, ingenua, ignorante o confiada, cualquiera que sea la visión para justificar discursos políticamente correctos cuando éstos abordan la muy bocabajeada e incipiente democracia que tiene México resulta un despropósito ante una realidad que supera cualquier ficción y de la que somos testigos a diario, sobre todo en política y más en épocas electorales.

De tanto que se menciona la palabra democracia ya está empezando a ser un lugar tan común que pronto no reconoceremos ni qué entraña, ni mucho menos qué significa en realidad.

México ha sido testigo una vez más de un nuevo episodio de su triste realidad política y electoral, por mucho que a golpe mediático se intente generar la percepción de que no fue así, panorama que apuntalado por discursos impecables y llenos de un optimismo ramplón que raya en el insulto y se sigue asemejando más a un anochecer profundo y desconcertante para millones de personas.

Es urgente la refundación profunda de una clase política mezquina acostumbrada ya a privilegiar agendas particulares o de grupo, y en el peor de los casos, para sentar un contrapeso en la correlación de fuerzas, antes que privilegiar las necesidades más imperantes de esta nación y que todos conocemos, y que también son alimentadas con la abulia de una gran parte de la población que en su ignorancia e impulsada por el discurso oficial reconoce en el ejercicio de emitir un voto si bien le va, cada tres años, un privilegio.

Decir que esta elección fue definida por pendejos es un lujo limitado, la realidad es aún peor: el carácter cíclico de la pobreza económica, alimentaria e intelectual de gran parte del electorado que los favorece, la apuesta cínica y controladora de los sistemas políticos que a la vuelta les reditúa más que la búsqueda de una verdadera democracia en la que la educación del pueblo y su dignidad humana –con todo lo que ello implica- siguen siendo los eternos pendientes.

No es un secreto para nadie que el PRI establece en ese ejercicio su más cínico fundamento, incluso ni para los ‘supuestos’ beneficiarios que se conforman cada ciclo electoral con ser carne de cañón que después se olvida o en el mejor de los casos, es tomada en cuenta para el cuentagotas del paternalismo, sin que se atiendan verdaderamente sus carencias más elementales, las consagradas en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Asimismo otro de sus grandes bastiones reside en el secuestro de la fuerza laboral a través de sindicatos, confederaciones patronales y grupos de poder que controlan a sectores económicamente productivos, incluso en sus “preferencias” políticas, así como a cientos de miles de advenedizos que se acercan a su aparato en época electoral en la búsqueda de un miserable hueso qué roer y que en el peor de los casos nunca llega.

El llamado “tricolor” es el que mejor lo hace, sentando en la práctica su más rancia estrategia, la del clientelismo y las relaciones de dominación abrevando en uno de los más grandes lastres de este país, la pobreza económica e intelectual que casi siempre van de la mano. Eso nadie lo puede negar, ni aquellos que votan y votarán por ellos.

El 'fraude' consumado
Miles o quizá millones de voces se han hecho sentir con la palabra ‘fraude’ a lo largo de las horas que han pasado desde el pronunciamiento del IFE y del presidente Felipe Calderón sobre las tendencias que terminarán de ubicar a Enrique Peña Nieto en la silla presidencial por los próximos seis años. Y son miles también los que se decantan por un discurso políticamente correcto defendiendo con bases científicas al árbitro electoral y los mecanismos dispuestos para el conteo de los votos, incluido el PREP (Programa de Resultados Electorales Preliminares), mismo que mientras escribo estas líneas está llegando al 100% de las casillas computadas, para dar paso a los conteos distritales, tras los cuales y el pronunciamiento del IFE el próximo miércoles, se declarará cerrada la elección.

No, la base del fraude se gestó mucho antes. En la generación de percepción por parte de los medios de comunicación (particularmente Televisa) y el uso faccioso de las encuestas. Nació en el IFE y su consejo general, desde la asignación de recursos y la nula observancia de su utilización, creció ante la indiferencia de un árbitro electoral y sus múltiples consejeros que se cegaron ante una inmensa cantidad de irregularidades denunciadas por la opinión pública y los partidos políticos. Se gestó pues al interior de los poderes fácticos y la agenda mediática diseñada no precisamente para golpear a un candidato, sino para ensalsar a otro e introducirlo cual cuña en este tablero cojo en el cual intentamos jugar todos los mexicanos.

En México se está gestando algo que desde la perspectiva del poder sigue siendo desdeñado. El movimiento #yosoy132 es sólo el antecedente que está dando paso a una movilización que tiene en su base y corazón algo que ellos, los cínicos, simplemente no entienden: se llama dignidad. Y achacar esa espontaneidad de una población indignada a una oscura movilización orquestada por el candidato “derrotado” sólo habla de un profundo desprecio por la ciudadanía y de una sinvergüenza tan sólo comparable con su ambición.

Ya sabemos qué va a pasar, de hecho ya está pasando. La movilización y los intentos desde los poderes fácticos para desestabilizarla arguyendo violencia e intereses oscuros en su interior. ¿Y los medios extranjeros? Serán testigos o sólo comparsa de este show que ya suma entre sus payasos a varios mandatarios en el mundo (incluido un indigno Barack Obama), quienes ya mostraron sus parabienes al todavía candidato cuando la elección dista todavía de ser resuelta por la vía institucional, y mucho menos por la ciudadana.

La pregunta es pues: Si esto hicieron para regresar ¿qué no harán para mantenerse otros 70 o 100 años? Tres generaciones de mexicanos estamos en la coyuntura más importante de nuestras vidas como ciudadanos, pues si se deja pasar esta infamia no hay duda de que el futuro de las siguientes será el que vivieron nuestros abuelos y padres durante un régimen autoritario, cínico, asesino… el que ahora busca regresar a toda costa por encima de la voluntad popular.

Cierro con las palabras de tres ciudadanos ejemplares, de esos que a México le hacen mucha falta para ser lo que dicen que ya somos. 

¿Y qué pensaban? Que más de un siglo de clientelismo y corporativismo político se borran de la noche a la mañana. México supura corrupción porque sus entrañas están maltrechas, porque más de la mitad de su población vive en la miseria, miseria que socava la libertad y engendra a un ciudadano igualmente corrupto, a imagen y semejanza del poder. La derrota estaba anunciada, pero no lo quisimos ver. Hoy sabemos que la cruzada por cambiar las conciencias de los mexicanos es un empresa de magnitudes insospechadas, que no se agota con un llamado al voto, sino que requiere de dar la lucha desde otras trincheras ajenas a la vía institucional”.
Héctor De la Fuente Limón

"He visto a mi pueblo indignado, lo he visto sonriendo, luchando, gritando, escribiendo, cantando... Hoy vi a mi pueblo con lágrimas de lucha y esperanza. Vi a los niños conmovidos, vi el espíritu del Movimiento Regeneración Nacional en donde he vivido toda mi vida. Nosotros no pedimos nada, nunca hemos pedido más que lo que se debe hacer. No nos interesa la migaja ni poderes ni glorias ajenas (ni lejanas). Lo único que hemos pedido es ser un poco más humanos. Creo que al final se trata de eso.
En 2006 tal vez no había responsables de lo que vendría tras la imposición de Felipe Calderón. No es fanatismo, ni insensibilidad, Pero hoy es distinto, sí hay responsables y todos sabemos quiénes son:"
Marco Ávila

"Es necesario relevar a esta decadente e inmoral clase política, necesitamos concretar esta jodida transición ahora mismo; esta es una oportunidad de oro para iniciar ese proceso (...) Quién se pronuncie en favor del PRI tendrá todo mi repudio, descalificación y olvido intelectual, no tendrá valor una sola palabra de aquellos que con su voto legitimen la miseria, la pobreza, el hambre, la ignorancia y el olvido de la historia de un país lleno de esclavos acostumbrados a besar sus cadenas. Lo anterior en términos políticos, porque en el plano personal fui educado con todo el amor que hoy me hace ser una persona tolerante y respetuosa de las personas que no piensan como yo. Soy el mismo, no contradigo, sonrío, no increpo, a pesar de que sé que muchas personas que yo quiero con toda el alma, les gusta besar sus cadenas. Sobra decir que un voto por Enrique Peña es un voto por la ignominia, es la certeza de la más miserable pobreza, es la más lacerante de las ignorancias, es la mezquindad más insultante y de la más laxa autoestima personal".
Víctor Alberto Marín Limón